Por Juan Eduardo Múnera, CEO y Fundador Dual Productora Audiovisual.

El director suele ser la figura más importante de cualquier producción audiovisual, bien sea de corte publicitario o de ficción, pero más allá de la mística que industrias como Hollywood le han dado a esta profesión, este rol tiene una función fundamental en el desarrollo de una producción audiovisual.

El director es el que adapta la historia.

 No en todas las ocasiones el director es el que escribe los guiones de las producciones, a veces se encarga de interpretar las historias que escriben otros y usar las herramientas narrativas del lenguaje audiovisual para comunicar las ideas que le darán forma y fondo al proyecto que se quiere realizar. El director es quien toma las decisiones de tipo narrativo, y por ende es quien tiene mayor impacto en los proyectos audiovisuales.

Dirige a los actores.

 Los actores por si solos no son capaces de comprender del todo las historias que están actuando, la mayoría de veces las películas o los comerciales se ruedan en desorden, y muy pocos tienen acceso a los guiones completos para entender completamente lo que están actuando. Por ello, la figura del director es supremamente importante para guiar a los actores, para que utilicen el tono de voz correcto, para que estén caracterizados de la mejor forma y para que por medio de sus emociones conecten con los espectadores. Sin una visión de director, las historias quedan a la deriva y carecen de toda coherencia.

Es el puente entre el mundo creativo y el mundo técnico.

 Un director debe tener la sensibilidad artística para crear e interpretar una idea, pero al mismo tiempo debe conocer el lenguaje técnico que implica traducir una idea a un equipo de fotógrafos, luminotécnicos, maquilladores o directores de arte, todas estas personas usan su conocimiento profesional en virtud de la visión del director. Por ello se podría decir que un director es un artista que orquesta múltiples artes visuales y sonoras al servicio de una historia.

Un buen director debe tener una gran creatividad, una excelente habilidad para comunicarse, un carácter para llevar a cabo un proyecto, y una capacidad para impartir la disciplina y la rigurosidad que conlleva un proyecto audiovisual. El director escoge su equipo de rodaje, por lo que siempre será la contratación que más influirá de manera positiva en el éxito de un rodaje.