Por Juan Eduardo Múnera, CEO y Fundador Dual Productora Audiovisual.

Cuando se realiza una producción audiovisual profesional de corte publicitario o cinematográfico, no se suele utilizar el término de camarógrafo, pues este rol, más que el de un profesional de habilidades técnicas, se trata de una profesión vital para la correcta implementación de la narrativa visual de una producción.

Dirige la cámara.

Un director de fotografía también puede manipular la cámara; sin embargo, hay unos que delegan esta función a una persona más técnica y se dedican a tomar las decisiones creativa que impactan el funcionamiento de la cámara. Estas funciones pueden ser el tipo de lente que se usa para filmar, la posición de la cámara con respecto al sujeto, la temperatura de color, la exposición y el balance de blancos, parámetros que, más allá de ser datos técnicos, son cruciales para el aspecto visual y narrativos de las imágenes.

El maestro de la luz.

El aspecto que más impacto narrativo genera en una producción audiovisual es el uso de la luz, pues podría decirse que un director de fotografía, al igual que un fotógrafo convencional, debe saber cómo utilizar la luz para crear expresiones con ella. No se trata solo de qué tipo de iluminación artificial emplear, es una visión completa de cómo emplear la luz natural, cómo rebotar la luz, cómo generar sombras, tratar los tonos de piel o aprovechar el movimiento de la cámara para generar efectos.

El director de fotografía suele ser la mano derecha del director, y es quien más influencia tiene en el aspecto visual de una producción. Suelen ser profesionales con gran sensibilidad artística, suelen tener experiencia con la fotografía tradicional, y además son grandes creadores de historias a través de imágenes. Tener un buen director de fotografía es vital para una buena producción.